Para Solomon, el hogar es algo más que un refugio: es la base de la curación. Originario de Ruanda, Solomon perdió a muchos miembros de su familia durante el genocidio y obtuvo asilo en Estados Unidos en 2000. Pero después pasó 16 años viviendo en la calle, enfrentándose a la incertidumbre y las penurias. No tiene por qué ser así.
Las personas mayores como Solomon son uno de los grupos de población que más rápidamente se están quedando sin hogar en Estados Unidos.. Su historia mejoró cuando encontró una vivienda de apoyo permanente. Esto no solo le proporcionó un lugar donde vivir, sino que también le ayudó a estabilizar su salud, encontrar inspiración y experimentar una profunda transformación personal.